jueves, 5 de marzo de 2009



¿Cómo podemos recuperar la salud? El significado de la enfermedad
Si tenemos que recuperar alguna cosa significa que antes la teníamos y la perdimos. En el caso de la salud, no es tan simple como decir: ¡Oh!, ¡olvidé mis anteojos en la mesa del living!. No, no es tan sencillo como eso, pero muchas veces es menos complejo de lo que pensamos.En general hay muchos factores que influyen en el desarrollo de una dolencia, cualquiera sea. La medicina nos habla de factores hereditarios o constitucionales, que serían aquéllos que nos predisponen para poder adquirir determinada enfermedad y no otra. La psicología agrega que existen factores que pueden aumentar o disminuir esta predisposición y que se relacionan con el desarrollo de nuestras primeras experiencias infantiles en el ámbito familiar. Allí comienzan a generarse ciertas creencias, ideas, sobre nosotros mismos y el mundo circundante, las que comenzarán a delinear el mapa de muestra vida. Estas vivencias de la infancia se irán engarzando con las nuevas experiencias de la adolescencia y de la adultez, logrando formar un entramado de relaciones, conexiones entre vivencias actuales e históricas, si a ello le sumamos las frustraciones que provoca una sociedad enajenante deshumanizada, donde parece prevalecer el desconcierto, la violencia, el temor, la falta de solidaridad, el aislamiento... sólo por nombrar algunos de los productos de este mundo en que vivimos. Reconociendo que la enfermedad se desarrolla cuando nuestro sistema inmunológico no puede defendernos de tantos ataques y el nivel de stress se hace intolerable e incluso grave, es fácil pensar en que nuestra salud se deteriore. Esto, sencillamente, sería como pensar que nuestro sistema inmune es un escudo que nos defiende de los ataques internos (provenientes de nuestro propio organismo) y externos (gérmenes, bacterias, virus, etc.) cuando bajamos la guardia, algo pasa, cuando somos permanentemente atacados se producen agujeros en ese escudo dejando que penetren esos agentes patógenos. Por ello, para continuar pensamos en cómo recuperar el estado de salud, debemos pensar en comenzar por hacernos algunas preguntas básicas:- Este problema ¿qué me está impidiendo hacer? y- ¿Qué me está obligando a hacer? Estas preguntas nos lleva a pensar en otra: - ¿Qué me está permitiendo hacer?Ya hemos dicho, que todos tenemos un sistema de creencias que nos llevan a pensar, sentir y hacer de una manera diferente, esto nos lleva por un camino y no por otro. Si nos enfermamos estamos yendo por un camino regresivo hacia el momento en que necesitamos cuidados de alguien especial..."mamá"..., por ejemplo. Aunque ella no esté físicamente con nosotros. Aunque tengamos muchos años de edad.Muchos han oído hablar del beneficio secundario de la enfermedad, muchos también han mal interpretado su significado. La mayoría se queda con el término "beneficio" sin profundizar en el significado total de la frase. Para muchos autores, significa una ventaja que viene implícita con la enfermedad, por ejemplo, el lograr la atención de otros seres humanos, familiares, profesionales, amigos, etc. Agregaría atendernos a nosotros mismos, mimarnos un poco. Pero también la enfermedad puede interpretarse como el sentimiento de culpa puesto en la situación. Como vemos, este beneficio secundario podemos interpretarlo de muchas maneras, en cada caso es particular, pero para darle el sentido que busco mostrarles debemos hacer hincapié en el término CRISIS, toda situación límite produce una crisis, para nosotros los occidentales es un término muy ambiguo, en general, pensamos en CRISIS = CONFLICTO, pero debemos recordar que la crisis implica CAMBIO Y OPORTUNIDAD, por ello en Chino, Crisis es un ideograma que posee un triple significado.Y, así, tomando la enfermedad como una crisis que tiene que ver con el sentido de nuestra propia existencia, vamos a poder responder las preguntas anteriores con mucha mayor facilidad y encontrar así un sentido a nuestra dolencia. Hay muchas y diferentes formas de expresar nuestro conflictos a través de nuestro propio organismo.Esto que digo sólo tiene como objetivo el hacernos conscientes del grado de compromiso interno que tenemos con nuestro desarrollo o no de enfermedades y esto debe clarificarnos que también ese compromiso se extiende a la prevención o al tratamiento médico y psicológico si ya el problema está instalado.Parafraseando a los yoguis, quienes sostienen que somos lo que comemos, agregaría que pensamos como leemos, que interpretamos la existencia según el limitado punto de vista con que observamos el mundo. En esto incluyo la visión de uno mismo. ¿De cuántas cosas nos creemos capaces y o incapaces...?.Analicemos los obstáculos en nuestras vidas… ¿Qué importancia tiene en mi vida:amar a…odiar a…olvidar a…recordar a…pensar que…sentir que…hacer... etc.? Recordemos: la enfermedad y la crisis, siempre nos están significando algo. Nos están diciendo algo sobre nosotros mismos, algo que en nuestra vida debe cambiar..."Todos nos merecemos una mejor calidad de vida..."
Revista Crecimiento Interior Nº 76, Año 8, Octubre del 2001
Autora: Lic. Monica Agras

martes, 11 de noviembre de 2008

NO TE DETENGAS


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis: nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños el hombre es libre.

(Walt Whitman)

VIDA Y MUERTE


Una persona que verdaderamente vive la vida no tiene ningún miedo a la muerte. Si vives correctamente, la muerte pierde su importancia. Te sientes muy agradecido, satisfecho. Pero si no has vivido, entonces existe una preocupación constante: “Aún no he vivido lo suficiente y la muerte se está aproximando. La muerte lo detendrá todo y con ella no habrá más futuro”. Entonces la persona se vuelve aprensiva, se asusta, y trata de evitar la muerte.
Tratando de evitar la muerte sigue perdiéndose la vida. Olvídate totalmente de ese tratar de evitarla. Vive la vida. Viviendo la vida se evita la muerte. Viviendo la vida te sientes tan completo que si en este mismo momento llegara la muerte y el futuro se detuviera, estarías preparado. Estarías felizmente preparado. Has vivido tu vida, has disfrutado de la existencia, te has regocijado, estás contento. No tienes quejas, no protestas; no tienes motivo alguno de rencor. Das la bienvenida a la muerte. Si no puedes dar la bienvenida a la muerte, una cosa es segura: no has vivido.

lunes, 10 de noviembre de 2008

EL REIKI COMO COMPLEMENTO AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL


El Reiki es una técnica de captación y traspaso de energía curativa proveniente de planos superiores, a través del mecanismo de imposición de manos. Permite sanar a nivel físico, emocional y mental, por tal motivo es muy eficaz como complemento al tratamiento convencional del cáncer y otras enfermedades. El Reiki es una “energía inteligente” porque actúa donde más se necesita.
Sanar es un proceso multidimensional, que incluye al cuerpo, a la mente y al espíritu. El Reiki refuerza y complementa el efecto de armonización del área emocional, favoreciendo la tranquilidad, el control de la angustia y la limpieza de las cargas energéticas negativas. También proporciona la energía vital que el cuerpo necesita.
El Reiki también representa una posibilidad de apertura y toma de conciencia de la realidad espiritual y trascendental del ser humano, que es precisamente lo que busca nuestro yo esencial a través del mecanismo de cualquier enfermedad. Esta toma de conciencia nos ayuda a realizar los cambios que cada uno necesite para realizar su propio camino de curación.

viernes, 31 de octubre de 2008

ALGO MAS...


Al igual que los sueños las enfermedades representan mensajes simbólicos, a través de los cuales nuestro Yo Esencial o Transpersonal nos alerta y nos llama la atención para que nos demos cuenta de que ha llegado el momento de que tenemos que hacer cambios radicales en nuestras vidas, precisamente en estas conductas y hábitos que son contrarios a nuestro crecimiento espiritual Pero así como no es fácil interpretar nuestros sueños, tampoco es fácil entender qué nos quiere decir el tipo de enfermedad que estamos experimentando.
Desde este punto de vista cobra un gran significado la ubicación de la dolencia dentro del cuerpo, su cronicidad, su intensidad, su duración y su aparición en ocasiones después de un evento traumático. Para descifrar estos mensajes simbólicos de la enfermedad nos damos cuenta entonces que el paciente requiere de mucha ayuda, porque además no se percata que ha sido él mismo quien ha propiciado la aparición de su enfermedad y por otra parte para complicar más las cosas, su personalidad inferior, sus egos, su estructura de personalidad, su coraza defensiva, por naturaleza se resisten tremendamente a los cambios. Es increíble comprobar como muchos pacientes en el fondo, subconscientemente no quieren sanarse, prefieren ganancias secundarias como el inspirar lástima, llamar la atención, inducir el amor de sus parientes y cercanos, o pagar culpas auto asumidas y muchas veces irreales, porque esto les resulta más fácil y más cómodo. Les es mucho más difícil e incómodo aceptar el desafío de empezar a corregir sus actitudes incorrectas o inadecuadas.Decíamos entonces que para vencer estas dificultades intrínsecas de la condición humana, el paciente requiere mucha ayuda al tiempo que necesita estar informado de esta realidad para poder desarrollar una voluntad adecuada y poner lo necesario de su parte para poder revertir sus enfermedades. Dentro de la ayuda que todo paciente debiera recibir, necesitaríamos que los médicos además de concentrarse en temas exclusivos de sus especialidades, tuvieran un manejo mínimo de una psicología básica que contemple estos aspectos citados, y de los temas bioenergéticos de fondo que subyacen en toda enfermedad.Ojalá a futuro tuviéramos médicos informados en todos estos decisivos factores, que idealmente también supieran trabajar en equipo, por ejemplo, con psicólogos transpersonales y terapeutas energéticos para llegar a una verdadera sanación de los casos graves. Nos referimos especialmente a los psicólogos transpersonales porque tal como citamos, es la Psicología Transpersonal la que ha logrado llegar a estas realidades más profundas de la esencia humana. Desgraciadamente la Psicología Transpersonal al igual que las terapias alternativas todavía no son bien comprendidas, ni aceptadas por la gran mayoría de la comunidad académica. Son más difundidas las modalidades de la psicología psicoanalítica, cognoscitiva, conductista, etc.. Se ha acostumbrado al paciente a que por el dinero que cancela a su médico, éste debe recetarle ciertas píldoras mágicas que terminen con su enfermedad, idealmente y en lo posible con el menor esfuerzo o incomodidad de su parte. El paciente entonces transfiere toda responsabilidad al médico y no se hace cargo, pues el sólo es una "víctima" de su dolencia. El médico debe ser, pues, el único encargado y responsable de su sanidad, para eso ha estudiado en la Universidad y para eso se le paga. El problema con este criterio es que el paciente no se percata del mensaje que hay detrás de cada enfermedad. Luego no se responsabiliza ni asume la necesidad de cambio que se requiere para aprender la lección y poder sanar.A partir de esta situación en que el paciente no llega al meollo de su problema, es que muchas enfermedades se hacen crónicas y se perpetúan en el tiempo.Es aquí donde observamos las graves falencias del actual sistema de la medicina convencional. Cuando observamos la gran cantidad de enfermedades como el reumatismo, esclerosis múltiple, cáncer, SIDA, o enfermedades mentales como la esquizofrenia, las depresiones bipolares, las crisis de pánico, etc., donde la medicina muchas veces proporciona solamente un alivio farmacológico pero pocas veces se llega a revertir el problema.